¿Nunca has sentido por un segundo a la soledad golpearte con un guante de seda relleno de cascajo? Como si en un instante el sol dejara de lamerte la cara y la flor que antes te parecía tan hermosa de pronto se convierte en un brote agusanado de hiel. Nunca sientes a los gusanos que se arrastran por tus ojos y te comen las pestañas en las noches, ¿acaso no escuchas el siseo melancólico de tus huellas húmedas de sol?
...
Yo tampoco. ¿¿¿Por que me miras así???
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